domingo, 2 de septiembre de 2012

Herman Daly y la falacia del conocimiento infinito como impulsor del crecimiento infinito

Herman Daly es un hombre sabio. Discípulo de Nicholas Georgescu-Roegen y creador del concepto de crecimiento antieconómico, fue economista senior en el Departamento de Medio Ambiente del Banco Mundial, donde trabajó desarrollando las directrices políticas relacionadas con el desarrollo sostenible.

Daly es uno de los mayores defensores del concepto de economía del estado estacionario, idea sobre la que escribe regularmente en el blog de CASSE, el Centro para la Promoción de la Economía del Estado Estacionario.

Daly publicó ahí recientemente un interesante artículo titulado Ocho falacias acerca del crecimiento, del cual comparto un fragmento que me resultó especialmente esclarecedor.

6. El conocimiento es el recurso definitivo y dado que el crecimiento del conocimiento es infinito, éste puede impulsar el crecimiento económico sin límites. Estoy ávido de conocimiento para sustituir los recursos materiales en la medida de lo posible, y por lo tanto abogo, tanto por los impuestos para encarecer los recursos, como por la reforma de patentes para abaratar el conocimiento. Pero si tengo hambre, quiero comida real en el plato, no el conocimiento de un millar de recetas en la internet. Por otra parte, la capacidad básica de renovación de la ignorancia me hace dudar que el conocimiento puede salvar la economía de crecimiento. La ignorancia es renovable, principalmente porque bebés ignorantes reemplazan a ancianos cultos en cada generación. Además, una gran cantidad de conocimiento registrado es destruido por incendios, inundaciones y polillas. El almacenamiento digital moderno no parece ser inmune al paso del tiempo o a la nueva polilla, el virus informático. Para ser eficaz en el mundo, el conocimiento debe existir en la mente de alguien (no sólo en la biblioteca o en la internet) de lo contrario, es inerte. Y aun cuando el conocimiento aumenta, no crece de manera exponencial como dinero en el banco. Algún conocimiento viejo es refutado o anulado por nuevo conocimiento, y algún conocimiento nuevo es el descubrimiento de nuevos límites biofísicos y sociales para el crecimiento.

El nuevo conocimiento debe ser siempre una sorpresa: si pudiéramos predecir su contenido entonces ya tendríamos que haberlo sabido y no sería realmente nuevo. Contrariamente a las expectativas comunes, el nuevo conocimiento no siempre es una sorpresa agradable para el crecimiento de la economía, con frecuencia son malas noticias. Por ejemplo, el cambio climático producto de los gases de efecto invernadero fue hasta hace poco nuevo conocimiento, como lo fue el descubrimiento del agujero de la capa de ozono. ¿Cómo se puede apelar al nuevo conocimiento como la panacea cuando el contenido del nuevo conocimiento debe ser necesariamente una sorpresa? Por supuesto, puede que tengamos suerte con el nuevo conocimiento pero, ¿debemos dar por descontada la incertidumbre? ¿Por qué no contar los pollos después de que nacen?