Camden, Nueva Jersey, una de las ciudades más pobres y peligrosas de Estados Unidos. (Foto: Wikipedia) |
Sucedió el 3 de diciembre de 2010: el Ayuntamiento de Camden, Nueva Jersey, la segunda ciudad con mayor índice de criminalidad en Estados Unidos, decidió despedir a 1 de cada 4 trabajadores del gobierno, incluyendo a la mitad del departamento de policía.
Y es que la crisis económica está golpeando fuerte a los municipios y muchos de ellos han tenido que recortar su presupuesto para poder seguir funcionando.
Nueva Jersey gasta aproximadamente $1.7 millardos de dólares en su sistema penitenciario (1) y, para reducir los costos, se ha estado liberando a un mayor número de reclusos. Según Marc Mauer, director ejecutivo del Sentencing Project, esto seguramente va a complicar la ecuación (2):
Tenemos un número record de personas saliendo de prisión cada año hacia la mayor tasa de desempleo desde la Gran Depresión.
La recesión ha sido muy difícil para la gente, pero es doblemente difícil para aquellos que han cometido un crimen poder desarrollarse en esta economía.
A mediados de 2010, la ciudad se preparaba para cerrar sus 3 bibliotecas públicas ante la falta de presupuesto y la imposibilidad de mantenerlas. Todo el acervo, que incluía 187,000 libros, documentos históricos, artefactos y equipo electrónico, iba a ser "donado, subastado, almacenado o destruido" (3). Con sus casi 80,000 habitantes, Camden está a punto de convertirse en la mayor ciudad del país sin una biblioteca pública (4).
Pero no siempre fue así: establecida en 1626, Camden fue un boyante centro industrial y manufacturero durante buena parte de su historia.
En 1901 se fundó ahí, con el nombre de Victor Talking Machine Company, la RCA Victor, que llegó a ser la mayor compañía discográfica del mundo.
Entre 1899 y 1967 operó en Camden la New York Shipbuilding Corporation, el mayor y más productivo astillero del mundo durante la Segunda Guerra Mundial. En su época de mayor auge, el astillero llegó a dar empleo a 40,000 personas.
El poeta Walt Whitman pasó los últimos años de su vida en Camden y se encuentra enterrado en el cementerio de Harleigh. Si hubiera vivido en estos tiempos seguro que estos versos hubieran tenido otro destinatario (5):
¿Pensábamos que la victoria es grandiosa?
En efecto, lo es; pero ahora se me ocurre que la derrota,
Cuando sobreviene irremediable, también es grande,
Que la sepultura y la muerte también son grandes.
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