A medida que pasa el tiempo, la preocupación en torno al pico en la extracción de petróleo y el cambio climático aumenta a nivel mundial.
The Nation, la revista semanal de publicación continua más antigua de Estados Unidos, ha preparado una serie de entrevistas con expertos en el tema que irá publicando en las próximas semanas.
Richard Heinberg es autor del libro The Party's Over y uno de los investigadores principales en el Post Carbon Institute; The Nation eligió iniciar la serie entrevistándolo a él.
Heinberg comienza explicando que la sociedad moderna depende en 95% del petróleo para transportarse. A medida que los combustibles fósiles se agoten, contaremos con menos energía disponible y nuestra forma vida cambiará de forma drástica.
A pesar que existen alternativas al petróleo en la actualidad, la realidad es que vamos a tardar décadas en hacer la transición energética (1).
A Heinberg le preocupa que las democracias modernas giran en torno al mito del crecimiento económico infinito. Como existe una fuerte correlación entre el consumo energético y el crecimiento económico, podríamos estar asistiendo al principio de una era no solo de nulo crecimiento, sino posiblemente de decrecimiento.
Heinberg afirma que, si bien todavía queda petróleo por descubrir, los nuevos pozos generalmente están ubicados en lugares de difícil acceso, como aguas profundas o ultraprofundas, que ponen a prueba la tecnología disponible… ¿Deepwater Horizon les pareció un desastre terrible? Imaginen lo que puede ocurrir en Tupí, a 7 Km de profundidad.
Con el petróleo a punto de rebasar nuevamente los $100 USD por barril, es posible que optemos por la extracción de petróleo de fuentes que antes no eran rentables, como las arenas bituminosas, pero ese tipo de soluciones son falsas por la tasa de retorno energético y la destrucción ambiental que generan.
Gas, uranio, fósforo, tierras raras… el agotamiento de los recursos naturales se hace cada vez más evidente y el problema no termina ahí: según Heinberg, en la actualidad empleamos 7 calorías provenientes de combustibles fósiles para producir 1 caloría de comida. Esta situación nos pone en un riesgo muy grande y el aumento en los precios de los alimentos que estamos experimentando en la actualidad no es más que el preludio de lo que nos espera (2).
Para Heinberg, la introducción de cultivos basados en semillas genéticamente modificadas no hace más empeorar la ecuación, ya que todavía no conocemos cuáles pueden ser sus efectos sobre nuestra salud (3).
No podemos imaginar cuáles serán las implicaciones de todos estos problemas en el futuro próximo. Afortunadamente hay mucha gente que ha tomado conciencia de la situación y está actuando para preparar la transición a un mundo diferente y mejor (4).
En la parte final de la entrevista Heinberg nos cuenta qué están haciendo.
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