James Howard Kunstler es un escritor, conocido por obras como The Long Emergency, y un proponente del nuevo urbanismo. La siguiente entrevista es la tercera de una serie que la revista The Nation está publicando sobre el tema del pico en la extracción de petróleo y el cambio climático.
Kunstler inicia opinando que estamos inmersos en una carrera entre dos de los elementos que van a dar al traste con la civilización industrial: el fracaso del sistema financiero y monetario, y el problema energético.
El momento actual es un período de destrucción de riqueza y capital debido a la enorme cantidad de deuda acumulada y, según Kunstler, la consecuencia es que en el futuro no contaremos con los recursos necesarios para financiar la reconversión tecnológica que nos permita enfrentar el fin de la era del petróleo barato.
Kunstler se ubica en el medio en el debate entre deflacionistas e inflacionistas y cree que es posible una depresión deflacionaria y un colapso del dólar estadounidense debido a la hiperinflación.
Cada vez hay más informes analizando los posibles efectos del pico del petróleo en la economía: el ejército alemán (1); la aseguradora Lloyd's of London (2); la Universidad de Kuwait (3); el Departamento de Energía y Cambio Climático del Reino Unido (4)… todos, excepto el gobierno de Estados Unidos.
Kunstler piensa que el problema es tan serio que los gobernantes de ese país no quieren siquiera mencionarlo y, lo peor, es que tampoco la élite de los ambientalistas estadounidenses es capaz de imaginar las soluciones que se requieren.
A Kunstler no le gusta ser calificado como un doomer, piensa que habrá beneficios colaterales del fin de la sociedad industrial, y entre ellos menciona retomar habilidades olvidadas, relacionarse con la gente y la naturaleza de un modo mucho más satisfactorio que el actual, y darnos un descanso de la modernidad.
Kunstler explica su visión del urbanismo tomando como ejemplo el caso de Detroit, el paradigma de la desindustrialización y del fin del mito del suburbio estadounidense.
Para enfrentar los retos futuros, Kunstler sugiere utilizar los escasos recursos económicos en la reubicación de las actividades vitales a escala local y en el decrecimiento de las mismas de acuerdo a la nueva realidad energética; también piensa que es importante reconstruir el sistema tradicional de ferrocarriles.
"Kunstler piensa que el problema es tan serio que los gobernantes de ese país no quieren siquiera mencionarlo" o tal vez piensan (aunque no todos lo hacen) que les bastará con controlar las fuentes de petróleo como Irak, que ya lo tienen, o Venezuela, que sueñan con tenerlo. El resto del mundo no les interesa siempre que ellos logren obtener su ración del petróleo mundial.
ResponderEliminarEso es muy posible; el problema es que ahora, para conseguir ese objetivo, tienen que enfrentar a potencias emergentes, como China e India, que son también grandes consumidores de petróleo.
ResponderEliminarRecuerda que la ventaja de Estados Unidos no radica en lo militar, sino en el papel del dólar como moneda de reserva mundial: el petróleo se cotiza y se vende en dólares (me parece que la única excepción es Irán).
¿Qué ocurriría si China decide deshacerse de sus bonos del Tesoro estadounidense? ¿Qué ocurriría si los países exportadores deciden recibir su pago en otra moneda? La precaria situación económica y financiera de Estados Unidos los hace muy vulnerables.
Por otro lado, la invasión de Irak no ha sido rentable en ese sentido y las reservas de Venezuela están compuestas en su mayoría por hidrocarburos de mala calidad cuya explotación sólo es viable a un costo, tanto económico como ecológico, muy alto.