Según Chomsky los grupos conservadores han tenido un éxito relativo al desacreditar las evidencias sobre el origen antropogénico del calentamiento global. Según encuestas publicadas por Rasmussen, sólo un tercio de la opinión pública comparte esta visión (aunque en los meses recientes se nota un incremento de la opinión en este sentido).
Los medios masivos también juegan su papel y presentan un debate mutilado entre los científicos que apoyan la teoría del calentamiento global antropogénico y los que la niegan, olvidándose del creciente número de investigadores, incluyendo algunos del MIT, que piensan que los análisis son demasiado optimistas.
Chomsky dice que los ejecutivos de las grandes empresas saben perfectamente bien cuales serán las consecuencias de esta negación, pero están muy ocupados maximizando sus ganancias en el corto plazo aunque eso signifique hipotecar el futuro de sus propios hijos. El cálculo de los riesgos sistémicos simplemente no entra en su modelo institucional de mercado y eso comienza a preocupar incluso a sectores no precisamente identificados con una visión liberal del mundo (1).
Chomsky hace énfasis en el hecho de que a inicios de la crisis los ricos mantenían un bajo perfil pero ahora, en tiempos de beneficios récord, han vuelto a la ostentación de su riqueza.
A lo largo de la entrevista Chomsky toca otros temas como el movimiento sindical y la seguridad social en Estados Unidos.
Algo que llamó mi atención es que Chomsky descarta por completo la posibilidad de un colapso como el que predica Dmitry Orlov. "Si Estados Unidos colapsa, el mundo lo hará también", dice Chomsky. Yo no comparto su visión porque no tiene precedente: a la largo de la Historia todos los imperios han colapsado y el mundo ha seguido girando; Estados Unidos no será la excepción (2).
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